La avispa y su sombra
“La sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes como para no
perderlos de vista mientras se persiguen” William Faulkner
¡ Es increíble cómo la naturaleza no deja de sorprendernos !
La avispa, ese insecto temido y odiado por muchos, tiene una gran curiosidad y es su sombra.
Maravillada quedé el otro día por la sombra que proyectaba una avispa posada en el agua de la piscina… En principio pensé que se había caído y se ahogaba. Al mirar con más detenimiento, observé que, lo que hacen las avispas es posarse, beber y marcharse.
Si encuentran algo de comida, se detienen más rato.
Sombra incomprensible a nuestros sentidos, ya que por mucho que miremos la forma de la avispa y su sombra, parecen no corresponderse.
Admiraba esa belleza de la naturaleza y su incomprensión, cuando de repente, observé otra avispa que estaba alimentándose, y no precisamente de hojas secas, sino de una compatriota.
Toda la magia de tanta belleza se desvaneció.
Al fin y al cabo, las avispas son carnívoras y además del néctar de las flores, se alimentan de otros insectos. Pese a nuestra aversión hacia ellas, son predadores naturales que evitan plagas de otros insectos
Si volvemos al momento mágico de su sombra y nos ponemos en «modo hierbas» , metafóricamente hablando , podríamos pensar en la imagen única que tenemos cada uno de nosotros. Pero, a la vez, en el poso o sombra que proyectamos en cada una de las persona que nos encontramos en nuestro camino. A diferencia de las avispas, nosotros vamos dejando una huella o sombra distinta en cada encuentro que tenemos con otro ser humano.
¡ Hazte un favor y deja una bonita huella!